SOLUBILIDAD
Cada
sustancia tiene una solubilidad para un disolvente
determinado. La solubilidad es la cantidad máxima de soluto que puede mantenerse disuelto en una disolución, y depende
de condiciones como la temperatura, presión, y otras sustancias
disueltas o en suspensión. Cuando
se alcanza la máxima cantidad de soluto en una disolución se dice que la
disolución está saturada, y ya no se admitirá más soluto disuelto en ella. Si
agregamos un poco de sal común a un vaso de agua, por ejemplo, y la agitamos con una cucharita, la sal se
disolverá. Si continuamos agregando sal, habrá cada vez más concentración de
ésta hasta que el agua ya no pueda disolver más sal por mucho que la agitemos.
Entonces, la disolución estará saturada, y la sal que le agreguemos, en vez de
disolverse se precipitará al fondo del vaso. Si calentamos el agua, ésta podrá
disolver más sal (aumentará la solubilidad de la sal en el agua), y si la
enfriamos, el agua tendrá menos capacidad para retener disuelta la sal, y el
exceso se precipitará.
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